Agregar los arándanos y el agua a una olla pequeña. Llevar a hervor, luego bajar el fuego y cocinar a fuego lento por 10 – 12 minutos.
Aplastar los arándanos con un tenedor, espátula o pisa papas hasta que se deshagan.
Agregar la ralladura de naranja, el néctar de coco o maple syrup y las semillas de chía. Revolver hasta combinar. Luego cocinar por 5 minutos más. La mezcla debería quedar espesa, igual a una mermelada.
Apagar el fuego y enfriar.
Con una cucharita llenar los moldes con la mermelada de arándanos. No los llenes hasta arriba del todo, dejá un apenas de espacio para la manteca de almendras.
Agregar ½ cucharadita de manteca de almendras a cada molde.
Colocar en el freezer por 5 horas o hasta que queden completamente congelados.
Una vez congelados, derretir el chocolate. Poner el chocolate en el microondas por 30 segundos en potencia media (50%). Revolver y repetir el procedimiento hasta que el 70 – 80 % del chocolate se haya derretido, el resto se va a derretir al revolver. Tener cuidado de no sobrecalentar el chocolate, eso arruina el gusto y la textura.
Con la ayuda de un tenedor hundir cada bombón en el chocolate derretido, sacudir el exceso de chocolate y colocar sobre un plato (o bandeja) cubierto con papel manteca.
Colocar en el freezer o la heladera hasta que el chocolate se solidifique y a disfrutar de estos bombones rellenos.
Podés comerlos directo del freezer, como un postre congelado. O podés moverlos a la heladera para que la mermelada quede en su estado natural. A mí me gustan apenas fríos o a temperatura ambiente para poder disfrutar la textura del relleno.
Las sobras pueden guardarse en un tupper en la heladera por hasta una semana o en el freezer por hasta un mes (o más).